UNA REFLEXIÓN “PERIFÉRICA”
Desde que José Miguel López tuvo el detalle –impagable por mi partede
invitarme a participar en esta primera edición de Feria Folk Zamora, me
he preguntado en diversas ocasiones qué utilidad profesional le podía yo
sacar a esta atractiva convocatoria.
No sé cual es el motivo, pero creo que es un fenómeno muy extendido
entre los que vivimos y trabajamos en lugares que huelen a salitre, que
somos mucho más sensibles a las manifestaciones culturales que se
producen a lo largo de los territorios costeros, que a las que tienen lugar en
el tuétano peninsular. Hablando de música popular, no creo que diga ningún
disparate si afirmo que los valencianos conocemos mejor la tradición
musical mediterrànea o atlántica, que la que se genera a la sombra de
Gredos o a la orilla del Duero. Y, si hablamos de festivales, observamos con
más interés lo que pasa cada año en Essaouira, que lo que se cuece en el Folk
Segovia.
Porque, en muchas ocasiones, a la hora de programar un festival,
anteponemos más el hecho de eliminar cualquier sospecha de centralismo o
de incorrección “política”, que la decisión de presentar formaciones que se
esfuerzan por preservar y difundir dignamente los valores musicales de su
territorio vital.
PROFUNDIZAR EN LA FUSIÓN
Quienes no estéis de acuerdo con esta apreciación anterior, me diréis
que cada festival tiene sus normas, sus principios, su razón de existir, que
impide en ocasiones la presencia de proyectos musicales que no reúnan una
serie de características comunes: idioma, implantación territorial, estilo, etc.
Un argumento éste que yo también podría compartir. Pero también creo que
compartiréis conmigo que la posibilidad de poder programar en nuestros
festivales a artistas de procedencias culturales diversas y, en ocasiones,
deliberadamente adversas, enriquecerían nuestras propuestas y creo que
explicarían mejor el concepto de fusión, esa palabra que tanto nos gusta a
los programadores y que, en muchas ocasiones, nos sirve para definir al
típico grupo de ska que, como novedad, utiliza una dulzaina en vez de una
trompeta.
EL APOYO INSTITUCIONAL
Y todo esto lo escribo con la intención de que este encuentro en
Zamora sirva para que podamos disfrutar de las propuestas musicales que,
en la mayoría de los casos, son absolutamente desconocidas para este
programador de la periferia, con la grata sorpresa de comprobar el soporte
institucional que hay detrás del backstage, lo cual entiendo que ayudará a
consolidar, con el tiempo, la convocatoria.
Yo, que vengo de una comunidad cuyo gobierno nos ha acostumbrado,
desde hace unos años, a apoyar manifestaciones tan autóctonas como la
Copa América o la Fórmula 1, os puedo asegurar que, a pesar del “silencio
administrativo” de algunos políticos, la música popular tiene la capacidad de
reinventarse, como hicieron los italianos con su riproposta. Para ello, valga el
ejemplo de un músico valenciano de tradición: Pep Gimeno Botifarra que, sin
ninguna ayuda pública, ha sido capaz de vender más de 8.000 copias de su
último disco, convirtiéndose en un fenómeno de masas absolutamente
insólito, rompiendo el tabú de que la música popular no es negocio.
Que sirva esta Feria Folk Zamora para compartir proyectos, objetivos,
ilusiones por la cultura hecha desde la proximidad, desde el laboratorio de la
Zamora sirva para que podamos disfrutar de las propuestas musicales que,
en la mayoría de los casos, son absolutamente desconocidas para este
programador de la periferia, con la grata sorpresa de comprobar el soporte
institucional que hay detrás del backstage, lo cual entiendo que ayudará a
consolidar, con el tiempo, la convocatoria.
Yo, que vengo de una comunidad cuyo gobierno nos ha acostumbrado,
desde hace unos años, a apoyar manifestaciones tan autóctonas como la
Copa América o la Fórmula 1, os puedo asegurar que, a pesar del “silencio
administrativo” de algunos políticos, la música popular tiene la capacidad de
reinventarse, como hicieron los italianos con su riproposta. Para ello, valga el
ejemplo de un músico valenciano de tradición: Pep Gimeno Botifarra que, sin
ninguna ayuda pública, ha sido capaz de vender más de 8.000 copias de su
último disco, convirtiéndose en un fenómeno de masas absolutamente
insólito, rompiendo el tabú de que la música popular no es negocio.
Que sirva esta Feria Folk Zamora para compartir proyectos, objetivos,
ilusiones por la cultura hecha desde la proximidad, desde el laboratorio de la
tradición más honesta.
Eudald González
Director Festival Polisònic
Gandia
